En el imaginario social, los niños y niñas deben gozar de todos los derechos fundamentales y el Estado debe ser el garante de estos, sin embargo, en Honduras, país centroamericano cuyo nivel de pobreza alcanza el 73% de la población, mientras el 54 % vive en condiciones de pobreza extrema, y se suele ver a muchos niños y niñas que son víctimas del trabajo infantil.
